domingo, 16 de enero de 2011

Recuerda, recuerda el 5 de noviembre.

Los que vivimos en países de influencia católica tradicional conocemos el ritual llamado "La quema del Judas", fecha en la cual las parroquias organizan fiestas populares divertidas, ideal para recaudar fondos para la causa. La tradición es simple: se confecciona un muñeco de trapo y se lo crema entre la algarabía de los asistentes, que creen haber dado un poco mas de castigo al traidor por excelencia.


Inglaterra, a pesar de ser un país de cultura mayoritariamente protestante, también quema su judas. Pero este Judas no vendió al hijo de Dios, no traicionó al líder de una religión para que sea crucificado. Mas bien su crimen fue político. Su rebeldía y su venganza fue lanzada contra el Rey y su parlamento. 

Ademas de la diferencia de propósitos que evidencian estos dos Judas, se suma el hecho de que judas Iscariote sí logró su objetivo, entiendase este: entregar a Cristo a las autoridades judías. Pero no lo hizo así el judas de inglaterra, fue descubierto In fraganti saliendo de unas criptas debajo del parlamento, las cuales había llenado con barriles de pólvora suficientes para volarlo en pedazos.

Pero ahora viene la característica que une a estos dos Judas. Jorge Luis Borges tiene un cuento llamado "Los tres Judas", donde la persona del Iscariote adquiere la calidad de un salvador, alguien que debía entregar a Cristo para que luego Él, muriera por los pecados de la humanidad. Esta posición filosófica de Borges rehabilita la imagen del traidor de los traidores, quien tiene que hacer el trabajo sucio por el bien de todos. Tambien se da este fenómeno con Guy Fawkes, el judas ingles de quien hablaré hoy. El espíritu de Guy Fawkes resurge en medio de siglos de hogueras, por lo menos su símbolo, que se va haciendo poderoso en la actualidad. Su mascara está lejos de ser mortuoria y es usada por activistas informáticos que revindican aquella acción en la Inglaterra de 1605.

El Rey Jacobo I decretó el 5 de noviembre como el día de Guy Fawkes. Se celebraría quemando su efigie, un espantapájaros relleno de material inflamable en una hoguera con fuegos artificiales incluido. Los ingleses aprovechan la ocasión ( y esta tradición viene de aquel día) para quemar muñequitos del Papa, aunque ahora se estila arrojar tambien el de su político de menos agrado. Los niños piden dinero para comprar pirotecnia (lo de pedir dinero para estas cosas es universal) y animan la velada al grito de "Burning Him".

Fawkes nunca pensó que su memoria quedaría grabada en la tradición de su país despues de su muerte. Él solo quería terminar con un régimen que imponía la religión a su antojo, haciendo la guerra a sus correligionarios catolicos. En efecto, el Rey Jacobo I, anglicano hasta la médula, perseguía con rabia a los católicos ingleses y se enfrentaba todas las veces que podía al Papa romano. Fawkes quería un nuevo régimen, uno en el que pudiera ser católico, como su padrastro bien lo había enseñado, y convivir con las demás religiones. 

Remember, remember the fifth of november,
the Gunpowder treason and plot
I know of no reason
should ever be forgot.

(Recuerda, recuerda el cinco de noviembre
 el complot de la Pólvora.
No conozco razón
por la que la traición de la Pólvora
deba ser olvidada.)

Treinta y seis barriles bajo el Parlamento. Eso bastaba para derribarlo y matar a todos los Lores allí reunidos. Pero una carta delató el complot, llegó al mismísimo Jacobo, y este ordenó pesquisas bajo el emblemático edificio. Fawkes fue hallado saliendo de la cripta y llevado al calabozo. Fue torturado para que revelara los nombres de los cómplices, pero no lo hizo. Fue llevado al cadalso y luego su cuerpo fue desmembrado y enviado a los cuatro extremos de Inglaterra como ejemplo a futuros insurrectos.
Estos son los complotados: en color Guy Fawkes.

El fenómeno que se desprende de este hecho es ver como la memoria de este terrorista cambió radicalmente a finales del siglo XX. Su anarquismo inspiró una suerte de activismo en contra de los gobiernos que pretenden ser autoritarios (vaya a saber que significa para ciertos grupos "autoritario") y contra empresas que afecten el interés de estas personas. El siglo XXI ha dado a luz un nuevo tipo de guerra y la imagen de Fawkes es ideal para llevar a cabo la rebelión. La guerra informática contra las web de los gobiernos y las multinacionales por parte del grupo "Anonymous" se hace con su mascara, la que ellos sacaron de la pira para dar terror. Cuando Wikileaks vio cercado su modo de subsistir gracias a la negación de sus cuentas, Anonymous salió en su defensa hackeando las web de las principales tarjetas de crédito. Pero esta manera de protesta bajo la mascara de Fawkes tiene antecedentes anteriores cuando en 2008 cientos de activistas protestaron en Londres contra la iglesia de la cienciología, todos con la mascara de Fawkes.

Film: V de vendetta
En 2006, los hermanos Wachowsky filman la película "V de vendetta", con un personaje con la mascara de Fawkes creado por el dibujante Alan Moore. El film es netamente político, un terrorista anarquista contra un gobierno fascista que al final, libera al pueblo de la opresión volando definitivamente el parlamento ingles. El personaje conoce el poder que ejercen los símbolos, por lo tanto usa la mascara de Fawkes para destruir el otro símbolo del gobierno. No soy crítico de cine pero la película me gusta mucho.


Tengo opiniones personales encontradas sobre este personaje que pasa de terrorista a santo de la Anarquía. Alguien debería hacernos ver que llegamos demasiado lejos con nuestros símbolos. Volar un Parlamento ya es representativo de los mismísimos totalitarismos. Si no me creen ahí tienen a Hitler quemando el Reichtac y aprovechando esa situación para disolver el parlamento, y a todos esos atropellos el pueblo diciendo sus alabanzas.

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