En una entrada del Blog (Malinche conoce a Cortés) había discurrido sobre la figura de esta india legendaria y un poco sobre lo que significa su persona para el México actual y para la comunidad indígena americana. Es tradicional verla como la vende patria, quien facilitó la conquista. Es cierto que no se hubiera logrado nada para España sin la intervención de Malinche, ella fue, como dice Díaz del Castillo, "nuestra lengua" ante las diferentes tribus que Cortés encontró en su camino hacia México. Ella tradujo del dialecto Azteca al Maya y el otro interprete, del Maya al español. Su importancia en este hecho no debe ser disminuida de ningún modo. Vease representada su importancia en estos dibujos de la época de la conquista, Malinche aparece siempre mas alta y en el centro de las composiciones. ¿Casualidad?
Visión tradicional:
Octavio Paz tiene palabras especiales recordando a Malinche:
es la Madre violada... la pasividad [de la Chingada] es aún más
abyecta: no ofrece resistencia a la violencia, es un montón inerte
de sangre, huesos y polvo. Su mancha es constitucional y reside,
según se ha dicho más arriba, en su sexo. Esta pasividad abierta al
exterior la lleva a perder su identidad: es la Chingada. Pierde su
nombre, no es nadie ya, se confunde con la nada, es la Nada. Y sin
embargo, es la atroz encarnación de la condición femenina.
Si la Chingada es una representación de la madre violada, no me
parece forzoso asociarla a la Conquista, que fue también una
violación, no solamente en el sentido histórico, sino en la carne
misma de las indias. El símbolo de la entrega es doña Malinche, la
amante de Cortés. Es verdad que ella se da voluntariamente al
Conquistador, pero éste, apenas deja de serle útil, la olvida. Doña
Marina se ha convertido en una figura que representa a las indias,
fascinadas, violadas o seducidas por los españoles. Y del mismo modo
que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca
de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la
Malinche.
Este concepto de Malinche lo podemos ver en canciones como "La maldición de Malinche" de Amparo Ochoa la cual pueden ver abajo en la versión del grupo uruguayo "Los Zucará".
Fragmento
(...)
Hoy en pleno siglo XX
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos.
Pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como un extraño por su tierra.
Tu hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.
¡Oh! maldición de malinche
enfermedad del presente
¿cuándo dejarás mi tierra?
¿cuándo harás libre a mi gente?
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos.
Pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como un extraño por su tierra.
Tu hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.
¡Oh! maldición de malinche
enfermedad del presente
¿cuándo dejarás mi tierra?
¿cuándo harás libre a mi gente?
Visión revisada.
Podemos o no estar de acuerdo con Paz, pero si recordamos como habla de ella Díaz del Castillo:
"Como doña Marina en todas las guerras de la Nueva España, Tlascala y Méjico fue tan excelente mujer y buena lengua, como adelante diré, la traía siempre Cortés consigo y la doña Marina tenía mucho ser y mandaba absolutamente entre los indios en toda la Nueva España."El cronista no nos pinta una mujer violentada y pasiva sobre la cual se pueda ejercer fácil dominio. Todo lo contrario. La escritora Laura Esquivel en su libro "La Malinche", nos presenta una historia, desde su nacimiento, en la cual la india es el producto de años de rechazo, escape, y de esclavitud (recordemos que ella estuvo en manos de los de Tabasco varios años como prisionera y fue cambiada a Cortés junto a 19 indias mas, gallinas, plumas, un poco de oro y maíz).
La gran pregunta es si Malinche es o no una traidora. Si lo vemos del punto de vista que ayudó a Cortés en contra de los indios que la habían esclavizado y contra los Aztecas que sacrificaban a sus enemigos sin contemplación a sus dioses, entonces, nos deja qué pensar. Ella se dió cuenta que los vientos estaban cambiando en México y jugó con las cartas que tenía a la mano. Era ponerse del lado que ganaría o la muerte.
Lo cierto que a partir de la mitad del siglo XIX, cuando las mujeres mexicanas se aventuran a escribir y animarse a ser leídas, surge una recomposición de Malinche, ellas no permitirán que la figura de la mujer sea pisoteada en la figura de Malinche que las representa. Se sienten muy identificadas con ella.
Laura Esquivel dice:
"En el subconsciente colectivo, la Malinche juega el papel de la madre y Cortés, el padre, y si pensamos que era una traidora y una prostituta y que él era un ladrón y un asesino, ¿que nos deja? Creo que es importante cambiar nuestra percepción de la Conquista. Debemos dejar de vernos a nosotros mismos como "víctimas" de los españoles. El proceso de la conquista fue doloroso, sí, pero también fue la base de un cruce maravilloso. Fue el encuentro de dos mundos, de dos sistemas de creencias.El Imperio Azteca se entregó a una idea, no a un grupo de soldados. Su reverencia de los españoles y la forma en que renunció a su imperio son pruebas de cómo creían que los españoles eran dioses volviendo desde la eternidad para recuperar sus tierras y personas. Los aztecas deben haber sentido mucha culpa y temor al castigo por haber traicionado la herencia espiritual de los toltecas, y estos sentimientos influido en el resultado de la conquista. Del mismo modo, la idea que tenemos sobre nuestro pasado afecta nuestra autoestima. ¿Cómo podemos ser buenos si nuestros padres estaban tan mal? Este es el tipo de pensamiento que debemos cambiar. Es importante revisar la historia, para verlo con otros ojos y, con suerte, descubrir que la sangre en nuestras venas es la sangre de todas las sangres, que nuestra piel contiene todos los colores, para que nuestros ojos contienen todas las miradas, para que en México, por la primera vez, la historia de Europa, Asia, África y América se reunieron. Si viéramos las cosas de esta manera, ¿no nos sentimos orgullosos de nuestro pasado?"
Laura Esquivel dice:
"En el subconsciente colectivo, la Malinche juega el papel de la madre y Cortés, el padre, y si pensamos que era una traidora y una prostituta y que él era un ladrón y un asesino, ¿que nos deja? Creo que es importante cambiar nuestra percepción de la Conquista. Debemos dejar de vernos a nosotros mismos como "víctimas" de los españoles. El proceso de la conquista fue doloroso, sí, pero también fue la base de un cruce maravilloso. Fue el encuentro de dos mundos, de dos sistemas de creencias.El Imperio Azteca se entregó a una idea, no a un grupo de soldados. Su reverencia de los españoles y la forma en que renunció a su imperio son pruebas de cómo creían que los españoles eran dioses volviendo desde la eternidad para recuperar sus tierras y personas. Los aztecas deben haber sentido mucha culpa y temor al castigo por haber traicionado la herencia espiritual de los toltecas, y estos sentimientos influido en el resultado de la conquista. Del mismo modo, la idea que tenemos sobre nuestro pasado afecta nuestra autoestima. ¿Cómo podemos ser buenos si nuestros padres estaban tan mal? Este es el tipo de pensamiento que debemos cambiar. Es importante revisar la historia, para verlo con otros ojos y, con suerte, descubrir que la sangre en nuestras venas es la sangre de todas las sangres, que nuestra piel contiene todos los colores, para que nuestros ojos contienen todas las miradas, para que en México, por la primera vez, la historia de Europa, Asia, África y América se reunieron. Si viéramos las cosas de esta manera, ¿no nos sentimos orgullosos de nuestro pasado?"
El historiador mexicano Juan Molinar presenta la visión clásica, histórica, (no solo popular) mediante su biografía La Malinche. Molinar estimó que la Malinche fue la primera soldadera en la historia de su país, "digna de figurar en la galería de mujeres ilustres, no solamente de México, sino del mundo entero".
"El 8 de noviembre de 1519, cuando Cortés hizo su entrada en el baluarte de Moctezuma, la única mujer presente fue ella", subrayó el historiador.
La Malinche era "una mandona, mujer de fuerte personalidad, a quien los años de esclavitud no lograron nulificar", teorizó Molinar.
Molinar destacó que "Doña Marina" vivió con Cortés y tuvo sus propias criadas, e incluso aventuró que la indígena pudo llegar a luchar contra los aztecas en la noche en que los españoles huyeron de Tenochtitlán.
"Tuvo una relación muy efímera", reconoció Molinar, "pero dio a luz a Martín, que entró en la orden de Santiago (en España) como comendador", un honor que muy pocos lograban en esa época, y mucho menos un mestizo nacido en el Nuevo Mundo.
La Malinche simboliza el nacimiento del México mestizo. Molinar se limita a hablar del pasado y la califica "de abuela de México, le pese a quien le pese".
El sueño de la Malinche. Ruiz. |
1 comentario:
Muy interesante y didáctico.
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