"Para mas claridad, entrare en este tratado por lo que hacían con el hombre desde el punto que nacía, prosiguiendo con él hasta su fin y muerte. Es con tanto exceso la veneración y honra que todos los indios hacen al fuego, al punto que nacen, se enredan en esta superstición.
Ponenlo (se refiere al fuego) en el aposento de la parida, y allí lo van fomentando, sin que de él se saque una braza hasta el cuarto día, porque creen que si antes sacasen del fuego algunas brasas, le nacerían al recien nacido algunas nubes en los ojos. Y los indios sacaban al cuarto dia del aposento al recién nacido, y juntamente al fuego, y dabanle con él cuatro vueltas a la cabeza. No he alcanzado a saber que hoy se haga esto.
Pues cuando le daban las cuatro vueltas a la cabeza, dándole dos de un lado y dos del otro, le ponian el nombre que habría de tener, el cual era conforme al del dios en que nacía, segun que el demonio pretende que sus secuaces imiten en su servicio, el modo de los Cristianos en el de Dios nuestro Señor.
Este nombre tomarían de unos Calendarios, que he hallada en los de este genero, que tienen repartidos en los dias, los nombres de animales, como son: Ocelotl, Tigre; Quauhtli, Aguila; Cuetzpalli, Caimán; Coatl, Culebra; y de otras cosas inanimadas como, atl, calli : Agua, Casa.
De lo cual he colegido que se dedicaban al animal que el demonio les señalaba, para que fuesen lo que llaman nahualli, (como diré abajo), y de esta manera quedaba el niño como "baptizado" en su modo, teniendo aquello por nombre. Otros diferenciaban en que esta imitación del baptismo la hacían con agua, lavando la cabeza al niño al cuarto dia y poniendole su nombre.
Toda esta obra del fuego y agua la encomendaban al sabio que lo tenia por oficio, que de ordinario entre ellos tienen nombre (y oficio), de medicos, los cuales siempre son embusteros, ceremoniaticos, y que pretenden persuadir que son consumados en el saber, pues dan a entender que conocen lo ausente, y previenen lo de venidero, lo cual podrá ser se lo revele el demonio, que puede por ciencia, y conjetura prevenir muchos futuros.
Y porque he dicho del nahualli, dire luego lo que siento, segun lo que colijo de lo que he visto y experimentado.
Anécdotas en torno al Nahualli
Me han referido personas fidedignas, que estando con un indio, empezó, a dar voces diciendo: «Ay que me matan, que me corren, que me matan», y preguntandole que decía, Respondió: «los Vaqueros de tal estancia me matan», y que saliendo al campo fueron al ejido de la estancia referida, y hallaron que los Vaqueros de ella, habían corrido y muerto un zorro, o Raposa, y volviendo a ver al indio, lo hallaron muerto. Y si bien me acuerdo: con los mismos golpes y heridas que tenia el zorro.
Lo mismo me afirmaron haber sucedido con otro indio y un caimán, que el indio sin que nadie lo ofendiese, comenzó a quejarse que le mataban en el río, yendo al río hallaron en él un caimán muerto y luego, al indio muerto, de la misma manera.
El Padre maestro fr. Andres Ximenez, de la orden de S. Domingo, me refirio, que estando dos Padres de su Religion en una celda, (entiéndase como habitación o claustro) cerca de la noche, entro por una ventana un murcielago, mayor mucho que los ordinarios, y que los dos Religiosos anduvieron con el murcielago a las vueltas, tirandole los sombreros y otras cosas, hasta que se les escapó y se fue.
Y que otro día había venido a la porteria de aquel convento una india vieja, y que llamando a uno de los dos Religiosos, le dijo que por qué la había maltratado tanto, que la había querido matar. Y respondiendole el Religioso si estaba loca, que donde, o como podía ser aquello. Respondio ella preguntando, si era verdad que la noche antes, él y otro Religioso habían maltratado, y tirado muchos golpes a un murcielago que había entrado en la celda por una ventana.
Y diciéndole el Religioso ser asi, dijo la india: «pues el murcielago era yo, y quedé muy cansada». Oyendo esto el Religioso con admiración, quiso llamar al compañero para que conociese la india, y para detenerla le dijo se esperase, que entraba a sacarle alguna limosna. Entró, y volviendo con el compañero, ni hallo a la india, ni pudo saber quien fuese.
Antonio Marques, español digno de crédito, y que sabe bien la lengua mexicana, me refirio, que habiendo él oído contar un caso de este genero, que le había sucedido en la costa de Acapulco a un Simon Gomez, español, dudaba de la verdad del suceso, pero encontrando con el dicho Simon Gomez le preguntó si era verdad lo que de él se había referido. A este respondio el dicho Simon Gomez que la verdad era.
Que estando pescando en el río de Cachutepech, que es cerca de Acapulco, de dos hijos que tenía consigo, el uno se subió sobre un pedrisco, que estaba dentro del río, donde salio un caimán y empezó a dar vueltas al pedriscon, como que pretendia cojer al muchacho, el cual amedrentado dio voces al padre, el cual viendo lo que pasaba pidió al otro hijo el arcabuz, y tiró al caimán y lo mató. Y al tiempo que en su casa se oyó la respuesta del arcabuz, una india vieja que estaba alli tejiendo entre otras, cayo diciendo: «Simon Gomez me ha muerto». Lo cual oyeron muy bien todas las demas que allí estaban hilando y tejiendo, y la mujer del dicho Simon Gomez.
Divulgose el suceso en el pueblo, con que los deudos de la india muerta como ignorantes y ciegos, se querellaron del dicho Simon Gomez ante el Alcalde mayor de Acapulco, y fue preso por la dicha querella.
Averiguose la verdad, y con esto que ausente Simon Gomez, la india dijo que él la mataba, y el confesó haber muerto al caimán. Viendo el Alcalde mayor la mala prueba de la querella, solto al dicho Simon Gomez, que cuando lo refería, acababa de salir de la prisión.
Lo mismo me testificó el Padre Andres Giron, sacerdote que sabe bien la lengua mexicana, Ministro amigo de indios, y digno de todo crédito, y que al presente reside y administra en la comarca de las minas de Tasco.
Dijo pues el dicho Sacerdote que yendo él con otros, junto a la ciudad de "Guatimala" a oír misa a un pueblo, habían de pasar un río cerca del pueblo, y viendo en él un caimán, uno de los compañeros le tiró un arcabuzazo con dos balas con que lo mató, entrandole una bala por un ojo y otra en la quijada con que de camino se rompio la boca, y con esto lo arrastraron, y sacándolo del río, lo chamuscaron con la espadaña que alli hallaron seca. Y prosiguieron su camino a oír Misa y llegando a la iglesia del pueblo, hallaron en ella un gran ruido y alboroto, porque una india que entre las demas estaba en la doctrina se había caído muerta, al tiempo que ellos habían tirado el caimán en el río, sin prevenir otro achaque ni accidente.
Llegaron pues los forasteros a la india, y hallaron en ella las heridas que las dos balas del arcabuz habían hecho en el caimán, tenía la india, un ojo quebrado y la boca rasgada; para mas certificarse le quitaron el huipil y hallaronle todas las espaldas chamuscadas, que era la parte que al caimán habían chamuscado con chamisa o espadaña.
Con esto todos los del pueblo dijeron que la dicha india siempre había sido tenida por bruja nahualli. Y visto el suceso, se probó ser verdad lo que de ella siempre se había entendido, y que el demonio le pago en su moneda con el último de los males, haciéndole experimentar en el cuerpo, el fuego que para su alma le estaba aparejado para siempre en el infierno." (4-25)
¿Que es exactamente el Nahualli?
"Colijo que cuando el niño nace, el demonio por el pacto expreso o tácito que sus padres tienen con él, le dedica o sujeta al animal. Que el dicho niño ha de tener por nahual, que es como decir por dueño de su natividad y señor de sus acciones, o lo que los gentiles llamaban hado, y en virtud de este pacto, queda el niño sujeto a todos los peligros y trabajos que padeciere el animal hasta la muerte.
Y al contrario hace el demonio que el animal obedezca siempre al mandado del niño, o bien el mismo demonio, usando del animal como de instrumento lo ejecuta. Y de esta manera se excusan las imposibles pensadas transformaciones y otras dificultades.
Y diciéndole el Religioso ser asi, dijo la india: «pues el murcielago era yo, y quedé muy cansada». Oyendo esto el Religioso con admiración, quiso llamar al compañero para que conociese la india, y para detenerla le dijo se esperase, que entraba a sacarle alguna limosna. Entró, y volviendo con el compañero, ni hallo a la india, ni pudo saber quien fuese.
Antonio Marques, español digno de crédito, y que sabe bien la lengua mexicana, me refirio, que habiendo él oído contar un caso de este genero, que le había sucedido en la costa de Acapulco a un Simon Gomez, español, dudaba de la verdad del suceso, pero encontrando con el dicho Simon Gomez le preguntó si era verdad lo que de él se había referido. A este respondio el dicho Simon Gomez que la verdad era.
Que estando pescando en el río de Cachutepech, que es cerca de Acapulco, de dos hijos que tenía consigo, el uno se subió sobre un pedrisco, que estaba dentro del río, donde salio un caimán y empezó a dar vueltas al pedriscon, como que pretendia cojer al muchacho, el cual amedrentado dio voces al padre, el cual viendo lo que pasaba pidió al otro hijo el arcabuz, y tiró al caimán y lo mató. Y al tiempo que en su casa se oyó la respuesta del arcabuz, una india vieja que estaba alli tejiendo entre otras, cayo diciendo: «Simon Gomez me ha muerto». Lo cual oyeron muy bien todas las demas que allí estaban hilando y tejiendo, y la mujer del dicho Simon Gomez.
Divulgose el suceso en el pueblo, con que los deudos de la india muerta como ignorantes y ciegos, se querellaron del dicho Simon Gomez ante el Alcalde mayor de Acapulco, y fue preso por la dicha querella.
Averiguose la verdad, y con esto que ausente Simon Gomez, la india dijo que él la mataba, y el confesó haber muerto al caimán. Viendo el Alcalde mayor la mala prueba de la querella, solto al dicho Simon Gomez, que cuando lo refería, acababa de salir de la prisión.
Lo mismo me testificó el Padre Andres Giron, sacerdote que sabe bien la lengua mexicana, Ministro amigo de indios, y digno de todo crédito, y que al presente reside y administra en la comarca de las minas de Tasco.
Dijo pues el dicho Sacerdote que yendo él con otros, junto a la ciudad de "Guatimala" a oír misa a un pueblo, habían de pasar un río cerca del pueblo, y viendo en él un caimán, uno de los compañeros le tiró un arcabuzazo con dos balas con que lo mató, entrandole una bala por un ojo y otra en la quijada con que de camino se rompio la boca, y con esto lo arrastraron, y sacándolo del río, lo chamuscaron con la espadaña que alli hallaron seca. Y prosiguieron su camino a oír Misa y llegando a la iglesia del pueblo, hallaron en ella un gran ruido y alboroto, porque una india que entre las demas estaba en la doctrina se había caído muerta, al tiempo que ellos habían tirado el caimán en el río, sin prevenir otro achaque ni accidente.
Llegaron pues los forasteros a la india, y hallaron en ella las heridas que las dos balas del arcabuz habían hecho en el caimán, tenía la india, un ojo quebrado y la boca rasgada; para mas certificarse le quitaron el huipil y hallaronle todas las espaldas chamuscadas, que era la parte que al caimán habían chamuscado con chamisa o espadaña.
Con esto todos los del pueblo dijeron que la dicha india siempre había sido tenida por bruja nahualli. Y visto el suceso, se probó ser verdad lo que de ella siempre se había entendido, y que el demonio le pago en su moneda con el último de los males, haciéndole experimentar en el cuerpo, el fuego que para su alma le estaba aparejado para siempre en el infierno." (4-25)
¿Que es exactamente el Nahualli?
"Colijo que cuando el niño nace, el demonio por el pacto expreso o tácito que sus padres tienen con él, le dedica o sujeta al animal. Que el dicho niño ha de tener por nahual, que es como decir por dueño de su natividad y señor de sus acciones, o lo que los gentiles llamaban hado, y en virtud de este pacto, queda el niño sujeto a todos los peligros y trabajos que padeciere el animal hasta la muerte.
Y al contrario hace el demonio que el animal obedezca siempre al mandado del niño, o bien el mismo demonio, usando del animal como de instrumento lo ejecuta. Y de esta manera se excusan las imposibles pensadas transformaciones y otras dificultades.
rebozarse, y así, nahualli dira rebozado, o disfrazado debajo de la apariencia del tal animal, como ellos comunmente lo creen." (30-35)
"Tratado de las supersticiones y costumbres gentilicias que
hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva España"
Hernando Ruiz de Alarcón.
Año de 1629.
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