Podríamos decir que Pedro de Angelis (1784-1859) fue el primer Historiador serio de la Argentina. Así habló en el siglo XIX de los minuanes que poblaban la Banda Oriental.
"En los campos que se dilatan a la Banda Oriental del Uruguay, desde el rio Negro hasta el Ibicuy, habitan las dos naciones de Charruas y Minuanes, la primera hacia el lado del rio Negro, y la otra hacia el Ibicuy y estancias que por allí tienen los pueblos. Estas dos naciones son semejantes en su genio, costumbres y modo de vivir, y asi, lo que dijere de los Minuanes, que son los mas inmediatos a estos pueblos, conviene a los Charruas.
Los indios Minuanes viven en tolderias compuestas de parcialidades o cacicazgos, aunque regularmente conocen superioridad en alguno de los caciques de aquellos territorios, ya por tener mayor número de indios a su devoción, o por mas valeroso y hábil: ahora el que domina es el cacique Miguel Caray. Estos indios son bastante tratables, guardan fe en sus contratos, castigan a los delincuentes, sin permitir se haga daño á nadie, si no han recibido antes algun agravio, y así viven en buena armonia con todos los de los pueblos menos con los de Yapeyú, que porque estos les han hecho algunos daños, siempre que pueden se vengan de ellos.
Estos indios permiten en sus tolderias, y en todo el terreno en que se extienden, a cuantos indios Guaranís se desertan de sus pueblos y quieren vivir entre ellos, pero han de usar la política de avisarles y decirles que van á favorecerse de ellos. Del mismo modo permiten españoles gauderios (la primigenia denominación al Gaucho) y changadores, que andan por aquellos campos matando toros para aprovechar los cueros; los que extraen llevándolos á la ciudad de Montevideo, introduciéndolos en ella clandestinamente entre los que extraen con permiso, ó de otra forma; ó pasándolos al Brasil por medio de inteligencia con los portugueses del Viamont y Rio Pardo, en cuyos parajes introducen los mismos gauderios españoles algunas porciones de ganado de los mismos campos. Pero es mucho mas lo que extraen los mismos portugueses, a los que ayudan y favorecen mucho los Minuanes, porque los regalan con mas frecuencia, dándoles lo que mas apetecen, particularmente el aguardiente, por medio de lo cual consiguen no tan solamente el que les permitan matar y extraer todo el ganado que quieren y sus corambres, sino que en caso de que alguna partida española los encuentre, los favorecen no permitiendo se les haga ningun mal. (Me hace acordar lo que consignó Maggi, cuando cita el pasado contrabandista de Artigas, como fue ayudado de esta manera por los Charruas.)
Aunque por la buena fé que estos indios observanse, con los de estos pueblos, se conserva la paz, son muy perjudiciales: lo primero, por el asilo que dan a los indios que se desertan de estos pueblos; lo segundo por el favor que prestan á los españoles y portugueses changadores que destruyen los ganados de aquellos campos, y por último, porque siempre es preciso contemplar con ellos, regalándolos con yerba, tabaco y otras cosas, a fin de que con cualquier pretesto no impidan las vaquerías, robando las caballadas, y haciendo otras estorsiones a lo que van a ellas.
El buen natural de estos indios parece franquearía la entrada á su reduccion y conversion; pero en nada menos piensan que en reducirse y aunque no les es repugnante nuestra religion, les es la sugecion que ven en los indios de estos pueblos reducidos á pueblos y precisados á trabajar lo que a ellos no sucede. Nadie determina sus operaciones, cada uno es dueño de las suyas, en el campo tienen su sustento, en el mucho ganado que hay en él, y tienen pocas luces para conocer lo feliz de la vida civil ,y mucha malicia para no dejarse sugetar al yugo de una reduccion. A mí me parece que tos Minuanes jamas se reducirán con sola la persuasion de la predicacion evangélica.
Colección de obras y documentos
relativos a la historia antigua y moderna
de las provincias del Rio de la Plata.
Pedro de Angelis. 1836
Imprenta del Estado. Arg
informacion incompleta aver si escriven mejor
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